EL CONTROL SOCIAL EN TIEMPOS DE MIEDO


Cuando se habla de control social, se hace referencia al grupo de normas y regulaciones de diferente tipo, algunos a traves de la uso de la fuerza, que son establecidas en una sociedad para mantener el orden de los individuos. En este sentido, las regulaciones más visibles respecto a la idea de control social son aquellas que se expresan a través de leyes, estatutos formales que todos los miembros de una sociedad deben cumplir de igual modo. 

En países totalitarios, el control social es indispensable, es cosuntancial al poder arbitrario, ya que sin él, no podría haber legitimidad del régimen. En países más democráticos y republicanos como el nuestro tambien existe control social, pero su aplicación nace de otras medidas, medidas que se “justifican” en una necesidad apremiante producido por un suceso catastrófico o una problemática sobredimensionada; esto, finalmente desemboca en la consesion gratuita de muchas mas facultades y prerrogativas de parte de los ciudadanos en favor del Estado. En todo esto, el miedo juega un papel fundamental.

El miedo ha sido siempre uno de los aliados más fieles del poder y es la mejor herramienta para lograr el control y la sujeción social. La creación artificial de atmósferas de miedo obliga a los ciudadanos a blindarse frente a los contextos sociales. Algunos le han llamado "la ideología del miedo” (1). Los “fabricantes de miedo”, son los que llevan esta ideología llega a través de los medios de comunicación, a manera de propaganda.

Lo que provoca la propagacion del miedo, es que la racionalidad de la sociedad se ve reducida de tal manera que convierte automáticamente en una especie de cheque en blanco en favor del Estado; ya que, no hay mejor pretexto para coartar las libertades de las personas, que en aras de su seguridad se impulsen políticas cada vez más invasivas.

Hay tres consecuencias directas de la implementacion del control social a traves de miedo: el primero es el aumento del poder estatal, el segundo la merma de libertades personales y el tercero la conversión o evolucion de las medidas urgentes en permanentes y las especiales en generales. 

Antaño conservadores y liberales se oponían a la guerra, porque eso significaba un crecimiento abrumador del aparato estatal, ya que todos los civiles estaban dispuestos a renunciar a sus libertades con tal que el Estado tome las decisiones óptimas para garantizar su seguridad, pero al terminar el conflicto veían que éste no estaba dispuesto a renunciar a todo el acaparamiento alcanzado; es decir, el Estado terminaba siendo más grande que antes y así se quedaba. 

Randolph Bourne, dijo: “La guerra es la salud del Estado”, esto lo escribió en un ensayo como respuesta de la entrada de los Estados Unidos en la Gran Guerra. Y no dejaba de tener razón, puesto que el gobierno de los Estados Unidos creció abrumadoramente despues de la primera y segunda guerra mundial, a traves de la creacion de miles de agencias estatales, nacionalización del mercado de construcción naviera, ferrocariles, telefono, telegrafo, se obligó el reclutamiento, se creo la ley de sedición, espionaje, y se restringió la libertad de expresion en algunos casos.

Ahora bien, en el contexto de la pandemia que ahora lamentablemente vivimos, también vemos la aplicación de políticas de control social, y que pueden volver a repetir la historia. Con esto no digo que el nuevo coronavirus no represente un peligro latente, sobre todo en la población más vulnerable, sino que el Estado, que ya ha crecido bastante durante este periodo, pretenda mantenerse así pasada la crisis, o al menos quedarse con gran parte de nuestra libertad arrebatada. 

Políticas de control social se estan dando en el mundo entero, una mas invasivas que otras, unos han comenzado a sancionar la opinión disidente a las politica y criterio que asume el gobierno, como ocurre en España, otros, como la restriccion de cultos religiosos, pese a estar reabriendose establecimientos comerciales como ocurre en Alemania, y tambien monitoreo y geolocalizacion de ceculares como se pretende aquí en nuestro país, donde tambien por cierto, ya existe una decreto que sanciona la propagación de “noticias falsas”, y esto me hace recordar al mundo orwelliano donde existia un ministerio de la verdad donde el Estado decidia que era falso y que no. O para ser mas realistas, lo que ocurria en la rusia comunista de Stalin dondel el unico medio de comunicación autorizado a difundir informacion era un periodico llamado “La Verdad”.

Debemos ser conscientes que la libertad no siempre se la restringe de un solo golpe, también puede ir desapareciendo poco a poco en función de cumplir aparentes fines y nobles ideales que los gobernantes hacen creer a los individuos con el fin de reducir al mínimo su posibilidad de reacción. El resultado final es el totalitarismo, donde los ciudadanos se vuelven súbditos y los gobernantes en soberanos. 

Pero la pérdida de la libertad no solamente requiere de una fórmula matemática (miedo + control estatal), sino, y principalmente, de ciudadanos negligentes e incautos que no están dispuestos a valorarla y cuidarla, y que por el contrario, son capaces de cederla a cambio de beneficios y promesas estatales de seguridad y protección, en vez de ser más responsables de sus propios actos. 

"El precio de la libertad es la eterna vigilancia”. (Thomas Jefferson)

  
 Alejandro Muñante


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