Alejandro Muñante / Abogado Conservador

Acabamos de enterarnos que nuestro país ha firmado el llamado Pacto Mundial ‎ para Migraciones Seguras, Ordenadas y Regulares, elaborada por la ONU, ‎ en ocasi ó n del 70 º aniversario de la Declaraci ó n Universal de Derechos Humanos; cuyo texto fue acordado por los países miembros en julio de este año en la Asamblea General. El objetivo de ese pacto, según el servicio de prensa de las Naciones Unidas, se trata de ‎‎ regular las migraciones de manera tal que funcionen para todo el mundo, y que sirva para aprovechar los beneficios de la migración, protegiendo a los inmigrantes indocumentados. Aun así, varios países importantes la han rechazado, tales como Austria, Croacia, Hungría, Lituania, la República Checa, Eslovaquia y Suiza. En el caso americano sólo República Dominicana y Chile lo han rechazado abiertamente. Los Estados Unidos decidió no apoyar desde un inicio este Pacto, y se aguarda que Brasil tampoco lo haga cuando Bolsonaro asuma el mando, ya que éste an

El pasquín pro género “Wayka” publicó una nota donde daba cuenta de la respuesta ofrecida por parte de la  Dirección Regional de Educación de Lima (DRELM)  a su pataleta mediática tras conocerse el caso de las charlas sobre educación sexual con valores que había ofrecido una ONG cristiana en dos colegios de la capital, el cual contó con la presencia de un ex-homosexual que compartió con los alumnos sobre su experiencia de vida, a fin de evitar el abuso sexual infantil; catalogándolas como “charlas de odio”. Pero lo que más llama nuestra atención, es que,  en dicho comunicado,  la propia DRELM habría señalado que este tipo de charlas “se opone a lo promovido desde el Ministerio”. ¿Qué promueve el Ministerio de Educación, para que este tipo de enseñanza, con la que muchos padres de familia estarán de acuerdo, deban ser censuradas y erradicadas de las escuelas? Esto sólo confirma lo que hemos venido denunciado, la imposición de un modelo único de pensamiento por parte de

El Decreto Legislativo 1408 ha traído como consecuencia la injustificada derogación de la Ley de Fortalecimiento de la Familia (Ley 28542), la única ley que planteaba y obligaba a las diferentes autoridades y organismos públicos a adoptar la perspectiva de familia en la elaboración y aplicación las políticas públicas, fortalecía el concepto de familia natural, promoviendo una paternidad y maternidad responsable conforme al texto constitucional; y en su lugar se impuso el desatinado e irregular concepto de familias democráticas. El concepto de familias democráticas emplea terminología impropia, que pertenece únicamente al ámbito político y gubernamental, con el fin de adoptar una nueva forma de concebir y regular a la familia, lo que deviene en inconstitucional; puesto que inobserva que el artículo 233 del Código Civil señala que toda regulación jurídica que atañe a la familia debe buscar su consolidación y fortalecimiento, en estricta armonía con los principios y normas

Yo votaré cuatro veces no, no porque me lo digan los fujimoristas o los apristas, sino porque mis odios no pueden más que mi razón. Yo también quiero una reforma de nuestra justicia, pero quiero una reforma fruto del consenso y la concertación entre todos los poderes del Estado y la sociedad civil, mas no una que proviene de la prepotencia y la coerción de un insubordinado presidente. Yo también quiero que se termine todo tipo de financiamiento delictivo a los partidos políticos, pero no quiero mantener con mis impuestos a ninguno que no me represente. Yo también quiero que los malos congresistas no sean reelectos, pero quiero volver a votar por aquellos que realmente me representan, y si se quiere que ningún congresista sea reelegido simplemente se debe educar al pueblo a saber votar. Yo también quiero un mejor Congreso, pero no quiero uno que tenga más parlamentarios (180) y que gastará mayores recursos públicos, y tampoco uno donde los senadores sean elegido