DIFERENTES PAÍSES... MISMO PLAN DE SUBVERSIÓN


El comunismo vandálico no cesa en los Estados Unidos; y a la ola de actos delincuenciales (bajo la fachada de "protesta") que buscan desestabilizar y pervertir el orden establecido, se suma ahora una fatal obsesión por reescribir la historia y borrar todo vestigio que fortalece el patriotismo del pueblo norteamericano. Y para ello, no se les ocurrió mejor idea que destruir y profanar monumentos y esculturas de personajes históricos, como la estatua de Cristobal Colón en Miami por ejemplo. 

Pero estos intentos brutales de revisionismo histórico bajo un enfoque totalitario y progresista de la izquierda radical, no es nuevo en el continente americano. Recordemos que en Chile cuando se desarrollaba el caos y la violencia generalizada a finales del año pasado, los subversivos atentaron contra patrimonios de gran valor histórico, como la destrucción del monumento al general Manuel Baquedano y al soldado desconocido en la Plaza Italia, y como no, el monumento de piedra a Cristobal Colón en Arica, entre otros. Las iglesias cristianas tampoco fueron ajenas a estos desmanes.

Haciendo un parentesis, quiero advertir que en nuestro país, aprovechando todo este desmadre en la primera potencia del mundo, no tordaron en salir opinólogos y periodistas que intentan avivar la chispa para incendiar la pradera. Esos vasallos de la progresía imperante creen que destruyendo la estatua de Cristobal Colón en el paseo Colón y la de Francisco Pizarro en el parque de la Muralla, ambos en el Cercado de Lima, van a ser más indigenistas y menos colonialistas.

Ahora bien, toda esta devastación comunista que goza de impunidad por parte de las autoridades timoratas y que cuenta con el beneplácito de la prensa servil, no es otra cosa que la ejecución perfecta de un plan ideológico que busca desarraigar a la nación de su identidad, su creencias y su cultura, y avivar en ellos anacrónicos resentimientos y divisiones que, bajo un discurso político, pretende subvertir la sociedad y reformarla según los ideales marxistas. Es por eso, que para lograr estos oscuros propósitos, se valen de legítimas demandas sociales para asegurarse los tontos útiles funcionales a su causa. 

Así que, el plan de subversión es el mismo, sea en el país que fuera o la causa que sea, los comunistas no desaprovecharán ninguna oportunidad; donde haya un conflicto allí estarán, y si no lo hay, se lo inventan. Cuídese de no ser funcional a sus intereses. 

Lo bueno de todo este mal, es que son muy evidentes, y son ellos mismos los que se encargan de dejar sus huellas en cada destrozo que realizan, cual delincuente que marca su territorio o terrorista que se adjudica un atentado, y eso hace que estas lineas tengan mayor respaldo. 





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